sábado, 23 de mayo de 2015

LA REBELDÍA DE LOS ADOLESCENTES EN EL ENTORNO SOCIAL.


REBELDÍA DEL ADOLESCENTE
 La rebeldía se define como una sublevación, faltando a la obediencia debida. Indócil, desobediente, opuesto con tenacidad. También podemos definir a la rebeldía como la actitud de oposición violenta y tenaz a lo prescrito o sólo establecido.
En la mayoría de los casos esta rebeldía se puede interpretar como un desacuerdo respecto a lo establecido por los padres, maestros, o cualquier autoridad. Esto incluye a lo establecido en relación a conductas, estructuras, ideas, valores, etc. Los adolescentes manifiestan ese desacuerdo, oposición, sublevación de distintas formas; verbalmente (murmurando, gritando, reclamando, etc.); en su comportamiento (lanzando o golpeando objetos) o violenta (agresiones físicas hacia las personas).
·         DEFINIR ADOLESCENCIA.
La adolescencia es aquella etapa de la vida en que todo nos parece gris, parece que todo el mundo nos ataca, parece que el mundo se nos viene sobre nosotros. Es el minuto en que comenzamos a conocernos y enfrentamos duros cambios, que nos llevaran a ser hombres y mujeres fuertes. Es la etapa en que conocemos nuestras fuerzas internas y debemos aprovechar al máximo este minuto. Esto nos llevara a engrandecernos como seres humanos. (Gina Madariaga).
Es ese difícil tránsito entre la niñez y la adultez, entre dos mundos maravillosos, en el cual, idealmente, en uno de ellos se recibe y en el otro se da. La adolescencia, finalmente es la desazón por cambiar del recibir al dar. Finalmente, la naturaleza es sabia y es obligatorio el tránsito, aunque la gran mayoría de los seres humanos, pasamos a la adultez, con ese pequeño detalle, el no querer dar... Periodo del desarrollo humano comprendido entre la niñez y la edad adulta durante el cual se presentan los cambios más significativos en la vida de las personas en el orden físico y psíquico
Aquí se presentan la maduración de la sexualidad y los múltiples cambios de orden fisiológicos, como también el pensamiento lógico y formal del joven que se prepara para incorporarse al mundo de los adultos.
·         LA REBELDÍA ADOLESCENTE
La personificación de los enemigos adolescentes es inevitable. Muchas veces los padres, los profesores, o personas de su entorno, ocupan el lugar de lo que los adolescentes toman como opuesto, en lugar de quienes defienden conductas, estructuras, ideas, valores, etc.
Los adolescentes manifiestan ese desacuerdo, oposición, sublevación de distintas formas, murmurando, gritando, reclamando, y en su comportamiento hostil traducido en violencia física directa (hacia otras personas, las peleas son muy comunes entre los jóvenes) o destruyendo objetos como símbolo de su bronca y desencanto.
Sin embargo estas actitudes rebeldes de los adolescentes pueden llegar a ser valiosas y positivas. Lo único que debemos buscar es que la manera en que la manifiesten sea con un ambiente de cordialidad y mucho tono humano.
Es muy importante entonces, saber canalizar esta energía y aprovecharla para ayudar a que el joven se convenza de que su actitud no debe estar establecida por la broca hacia una idea, sino por una convicción propia.
·         CORREGIR EN FAMILIA.
El adolescente tiende por naturaleza a enjuiciarlo todo, tiene una considerable visión crítica de lo que le rodea.
Eso no tiene por qué ser malo. Puede ser muy positivo.
Por supuesto. Pero para que lo sea realmente, para que esa crítica sea positiva, habría que establecer una especie de reglas del juego. Podríamos intentar resumirlas en cuatro:
Primera. Para que alguien tenga derecho a corregir, tiene primero que ser persona que esté capacitada para reconocer lo bueno de los demás, y que sea capaz también de decirlo: que no corrija quien no sepa elogiar de vez en cuando. Porque si una persona no reconoce nunca lo que su hijo o su mujer o su marido hacen bien y seguro que harán cosas bien, probablemente más que las que hacen mal, ¿con qué derecho podrá luego corregirles cuando fallen? El que nada positivo encuentra en los demás, tiene que replantear su vida desde los cimientos: algo en él no va bien, tiene una ceguera que le inhabilita para corregir. Segunda. Ha de corregirse por cariño.
Se refiere a la forma de llevar a cabo la corrección:
·         ha de ser cara a cara, pues no hay nada más sucio que la murmuración o la denuncia anónima del que tira la piedra y esconde la mano;
·         a la persona interesada y en privado; si no, suele ser contraproducente;
·         sin comparar con otras personas: nada de "aprende de tu primo, que saca tan buenas notas", o "del vecino de arriba que es tan educado...";
·         con mucha prudencia antes de juzgar las intenciones: hay que presuponer buena voluntad;
·         no hablar de lo que no se ha comprobado bien, pues de lo contrario, juzgamos con una frivolidad que espanta; corregir sobre rumores, suposiciones o sospechas, supone hacer méritos para ser injusto: recuerda aquello de que el bien debe ser supuesto, el mal debe ser probado, y eso otro de oír la otra campana, y saber quién es el campanero...;
·         específica y concreta, no generalizadora; sabiendo centrarse en el tema, sin exageraciones, sin superlativos, sin abusar de palabras como siempre, nunca...;
·         hay que hablar de una o dos cosas cada vez, porque si acumulamos una larga lista, parecerá una enmienda a la totalidad más que un deseo de ayudar;
·         sin reiterarlas demasiado: hay que dar tiempo para mejorar..., y además, la excesiva machaconería se vuelve también contraproducente;
·         hay que saber elegir el momento para corregir o aconsejar, que ha de ser cuanto antes, pero esperando a estar —los dos— tranquilos para hablar y tranquilos para escuchar: si uno está aún nervioso o afectado por un enfado, quizá sea mejor esperar un poco más, porque de lo contrario probablemente se estropeen más las cosas en vez de arreglarse;
·         y poniéndose antes en su lugar, haciéndose cargo de sus circunstancias, procurando como dice el refrán calzar un mes sus zapatos antes de juzgar.
·         Actuando así, se corrige de modo distinto. Incluso veremos que muchas veces es mejor callarnos: hay quien dijo que si pudiéramos leer la historia secreta de nuestros enemigos, hallaríamos en sus vidas penas y sufrimientos suficientes como para desarmar toda nuestra hostilidad.
·         CARACTERÍSTICAS DEL ADOLESCENTE REBELDE.
Este tipo de actitudes, en general, son generadas por la oposición a algo. Puede ser a la autoridad ejercida por los padres, maestros, o familiares cercanos y se manifiesta casi siempre con violencia (verbal o física). Un rebelde es alguien que lleva la contra a algo o a alguien (puede ser tanto una regla, un sistema, como una persona), y en un adolescente se ve mayor actitud hacia la demostración de esos ideales.
El acto de rebelarse contra algo, puede brindar al joven, la posibilidad de hacer crecer sus modelos y desarrollar un estilo de pensamiento propio. Todo lo que se debe hacer, es tratar de encausar la ira y transformarla en pasión por algo. De ese modo, la rebeldía podría convertirse en un motor para hacerse de una personalidad fuerte y llena de determinación. En ese momento, los adultos (padres especialmente), tienen la tarea de encauzar sus inquietudes hacia la persona adecuada, y sobre todo, de la manera adecuada.
·         TIPOS DE REBELDÍA.
Existen cuatro tipos de rebeldías: la rebeldía regresiva que nace del miedo a actuar y se traduce en una conducta de encogimiento, de reclusión en sí mismo, en el que el adolescente adopta una postura de protesta muda y pasiva contra todo.
Un segundo tipo de rebeldía es la agresiva que, a diferencia de la anterior se expresa de forma violenta. Es propia del débil, de quien no pudiendo soportar las dificultades que se presentan en la vida diaria intenta aliviar su problema haciendo sufrir a los demás.
Un tercer tipo de rebeldía consiste en ir contra las normas de la sociedad, bien por egoísmo y utilidad propia, bien por el simple placer de no observarlas. Es la rebeldía transgresiva.
Las tres formas descritas son rebeldías negativas que tienen su origen en la inseguridad e inmadurez del adolescente. A diferencia de ellas, la rebeldía progresiva es el signo del que sabe comprender la realidad, pero no soporta las consecuencias de la injusticia, el que trata de mejorar las reglas y no transgredirlas.
·         Síntomas de rebeldía
ü  Comportamiento cruel o agresivo hacia personas y animales
ü  Destrucción de la propiedad, incluyendo provocación de incendios
ü  Mentiras, ausencia injustificada de la escuela o el trabajo, abandono del hogar
ü  Vandalismo, robo
ü  Consumo excesivo de alcohol o drogas ilícitas
·          RIESGOS ADOLESCENTES







Se los cataloga como inconformistas, rebeldes con o sin causa, pero más allá de la rebeldía existe un riesgo que los cerca: no cuidan adecuadamente su salud ni reciben de los adultos la ayudan que necesitan para prevenir o tratar problemas serios.
Son rebeldes y apasionados, pasan del amor al odio muy rápidamente, lo que aumenta la brecha de incomunicación con sus padres. La mayoría tiene entre 14 y 20 años y en la actualidad conforman el grupo social de mayor riesgo para la drogadicción y el SIDA. Aunque se les vea como un grupo indefenso, blanco de todos estos flagelos, ellos levantan su voz para confirmar que existe preocupación, conciencia y hasta temor de algunas enfermedades presentes en nuestra sociedad.
·         COMO MANEJAR LA REBELDÍA DE LOS ADOLESCENTES.
Antes que nada, debemos enfocarnos en lo qué es la adolescencia. Esta etapa en la vida de todo ser humano está llena de momentos críticos como: cambios físicos, sociales, emocionales, de ideas, etc. En total son muchos cuestionamientos y es una época muy difícil.
·         La mayoría de los adolescentes atraviesan por una etapa de rebeldía en la cual comienzan a tener un comportamiento desafiante y una actitud cínica. Hoy en día muchos padres no saben cómo enfrentar un hijo con este tipo de comportamiento, el adolescente reclama la atención de sus padres y al mismo tiempo les acusa de controlarlos demasiado. Este comportamiento se traduce en muchas ocasiones en irritabilidad y en conductas agresivas.
·         La rebelión generalizada es inevitable y es parte del proceso de hacerse mayor, aunque es pasajera. Pero, comprender a su hijo no significa aguantarle todo, ante un trato cínico y desconsiderado, el padre debe molestarse y definir límites.
Es cierto que su hijo está en su derecho de reivindicar más libertad, pero no se le puede permitir que haga lo que quiera. Debemos negociar con él de igual a igual y exigirle responsabilidad. El adolescente huye de todo lo que los padres consideren correcto. Es necesario tener en cuenta que las prohibiciones demasiado tajantes sólo otorgan el atractivo de lo prohibido.
·         Lo mejor es conocer a nuestros hijos (su carácter, su manera de pensar, su temperamento, etc.) y mantenerse al margen. Evitar todo tipo de pelea, ya que es una de las formas que buscan los adolescentes para separarse de los padres. No tomar los disgustos y depresiones de manera personal, olvidarse del orden... durante esta etapa es más importante preocuparse y estar al pendiente de los problemas relacionados con las drogas, el alcohol, el sexo, la soledad, la familia.
·         En vez de estar al pendiente de cosas tan simples como el desorden de su cuarto, escuchen a sus hijos e ignoren esas cuestiones tan triviales. No bloqueen la comunicación, cuando los adolescentes se abren lo mejor es platicar con ellos, escucharlos, conocerlos.
·         A fin de cuentas, es necesario que los adolescentes pasen por esta etapa de rebeldía, ya que así podrán encontrar su "yo", les ayudará a madurar y a formar un juicio propio de lo que esta bien y lo que esta mal. Lo más importante para criar a nuestros hijos es crear raíces y alas.
·         COMO MANEJARSE ANTE LA REBELDÍA DE LOS ADOLESCENTES.
En la mayoría de los casos esta rebeldía se puede interpretar como un desacuerdo respecto a lo establecido por los padres, maestros, o cualquier autoridad. Esto incluye a lo establecido en relación a conductas, estructuras, ideas, valores, etc.
Los adolescentes manifiestan ese desacuerdo, oposición, sublevación de distintas formas; verbalmente (murmurando, gritando, reclamando, etc.); en su comportamiento (lanzando o golpeando objetos) o violenta (agresiones físicas hacia las personas).
Sin embargo estas actitudes rebeldes de los adolescentes pueden llegar a ser valiosas y positivas. Lo único que debemos buscar es que la manera en que la manifiesten sea con un ambiente de cordialidad y mucho tono humano.
·         ¿CÓMO MINIMIZAR LA REBELDÍA EN LOS ADOLESCENTES?
Mucho dialogo, paciencia y afecto familiar. La idea es que el adolescente sienta q puede confiar y contar con su papá o mamá, es difícil, porque la moda es tener bronca a los "viejos", es porque esta de moda!!Pero uno debe tratar de acercarse a ellos y hablar!! Hacer tratos, dar en la medida q uno recibe de su parte!!No queda otra q ser flexibles y acceder a este tipo de relaciones, de lo contrario uno no sabe de la vida de estas personitas extrañas que se creen grandes, q piensan q saben todo y en realidad se encuentran pedidas en este mundo!!!
·         INTELIGENTES A LA HORA DE EDUCAR HIJOS ADOLESCENTES.
Los dos empezaron a descubrir echándose mutuamente la culpa de los problemas que padecía su hijo. Él decía: es que tú le consientes todo. Ella respondió: es que tú educas a tu hijo con el hígado. Lo que aquella señora quería decir es que su marido siempre trataba a su hijo con enfado, le corregía con malos modos y el único diálogo que mantenía con él era a través de los gritos.
No se crean que es un caso raro, desgraciadamente hay muchos padres y madres de familia que educan a su hijo con el hígado porque han perdido ya la batalla y piensan que esta es la única forma de imponerse. Nada más lejos de la realidad. El corregir o reprender en momentos de enojo es contraproducente y sólo produce rebeldía y cerrazón en los adolescentes.
Simplemente es el método más eficaz para que no te hagan caso y pierdas todo el ascendiente sobre él.
·         CONVIVENCIA CON EL ADOLESCENTE.
Los padres cometen el error de desconfiar de sus hijos, los minimizan, los critican y los hacen sentir acorralados e infelices, si le agregamos que es posible que pertenezcan a un hogar de padres divorciados, no aceptan al nuevo padre/madre, es huérfano, no es el hijo consentido, su padre es violento o alcohólico, hace que los jóvenes comiencen a pensar en huir de hogar o a buscar la solución a sus problemas en las drogas.
La solución no es buscar quién tiene la razón, la mejor vía para que dos partes en conflicto lleguen a un acuerdo es que una de ellas tome la iniciativa de hablar, negociar y ceder:
·         Si es el padre/madre que busca rescatar a su hijo, le sugiero que entienda que su nuevo rol es el de amigo/amiga con deseos de ayudar, orientar, aconsejar o sugerir acciones, comportamientos o actitudes más convenientes para el/ella.
·         Cuando su hijo cometa un error no lo critique, compréndalo y coopere con él, recuerde que los jóvenes con frecuencia no escuchan a sus padres porque piensan que sus consejos y opiniones están fuera de época, piense y reflexione que es posible que sea la verdad.
·         Los adultos deben perder el miedo a la soledad, este miedo es el que más conflicto crea en los hogares con un solo hijo, entender que su muchacho creció y es hora de que el cachorro salga solo de casería al bosque, enfrente los riegos y tome sus propias decisiones.
·         Los padres no deben enfrentarse a sus hijos, porque su rebeldía los puede precipitar a tomar el camino equivocado, es ahora cuando el adulto se convierte en maestro, es fácil dar consejos a otros pero es difícil aplicar la experiencia, la paciencia, el perdón y la madurez en nuestra familia, también en el hogar se cumple que "nadie es profeta en su tierra".
·         Si es el hijo/hija que quiere captar la atención y reflexión de sus padres, debe comenzar con perdonar sus errores o porque no te comprende, luego trata de conversar en el momento y lugar adecuado, indícale que su labor como padre/madre está llegando a su fin, que quieres tomar tus propias decisiones pero quieres contar con sus consejos como amigo/amiga, que te apoye en tus iniciativas y lo más importante es que tenga confianza en ti. Estos consejos evitarán reacciones negativas en tus padres ya que no se sentirán heridos porque tomaste alguna decisión sin consultarlos.
·         Escucha a tus padres cuando te alertan del peligro, los jóvenes creen que nunca les pasará nada, son extremadamente confiados y no toman las precauciones necesarias cuando salen a divertirse. Usa tu intuición a la hora de escoger tus amigos.
·         Nunca les digas a tus padres que quieres dejar los estudios, pídele que te deje estudiar a tu propio ritmo y en la profesión de tu preferencia. Si decides trabajar garantiza y cumple que continuaras estudiando. No le reproches a tus padres porque no te dan suficiente dinero o no te compran el carro, comprende que tus padres quieren que entiendas el verdadero valor del dinero y que la vida fácil no crea hombres emprendedores y exitosos.
·         Cuida tus relaciones sexuales, toma tus precauciones de salud y evita embarazos. Ten cuidado de no confundir la pasión con el amor, muchos jóvenes dejan sus hogares creyendo estar enamorados y en realidad lo que sienten es una gran atracción física, quieren pero no aman. Si tus padres no aprueban a tu pareja, diles que recuerden que en los sentimientos la única opinión autorizada es el que dicta el corazón.
Tanto los padres como los hijos deben luchar por mantener unida a la familia aun cuando las distancias y las circunstancias intenten impedirlo.
·         PADRES: EN LA REBELDÍA DE LOS ADOLESCENTES.
Su tarea es la preparar al chico para que pueda desenvolverse libre y competitivamente en un mundo difícil; pero eso solamente puede cumplirlo en la medida en que lo unían a sus propios padres y evolucionar en su propio camino será capaz de preparar a su hijo.
 Pero muchas actitudes paternas expresan conflictos; así aquellos que son ferozmente severos en lo que a calificaciones se refiere; aquellos que dicen:
 "Yo quiero que mi hijo sea un excelente alumno, como fui yo..." En realidad lo que no han podido hacer es desprenderse de su propia infancia, de sus excelentes calificaciones y siendo adultos continúan sometidos a esa experiencia, sin entender que su hijo es otra persona.
 Que pretende vivir sus propias experiencias personales y que tal vez resulte un buen alumno y un muchacho estupendo sin necesidad de obtener calificaciones excepcionales.
 Pero la actitud de este padre es la de permanecer sojuzgado por sus propios comportamientos adolescentes o infantiles. Por eso exige del hijo unas notas que al muchacho no le interesan o no puede obtener.
 Este tipo de padre no coloca al hijo frente al mundo, no lo prepara convenientemente, porque en lugar de atender a las necesidades de la personalidad del hijo que se desarrolla, permanece enredado en sus experiencias, sin saberlo, y queriendo en sus experiencias, sin saberlo, y queriendo repetir con el chico sus esquemas. Esto no sirve, no ayuda a los hijos y además los confunde.

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